Decepción, batacazo, traición, rabia,
conspiración, café con leche, entre otras, han sido las diferentes
calificaciones que se le ha dado a la eliminación de la candidatura de Madrid para
albergar los juegos olímpicos en 2020.
Si nos acercáramos a la población
madrileña e hiciéramos una simple y sencilla encuesta preguntando cuales fueron
los motivos reales de tal eliminación, muchos de ellos apuntarían a un mismo
objetivo: La culpa es de los miembros del COI; nos tienen manía; las otras
candidaturas han pagado; simple soborno. Vale, puede ser cierto, pero vayamos
nosotros por otro camino…
Hace pocos días escuchaba a Josep
Pedrerol en una tertulia, él indicaba que fuera de las conspiraciones o
cohechos que pueda haberse generado, algo mal se debe haber realizado para que
por tercera vez consecutiva Madrid sea eliminada. Es muy simple, Madrid nunca
fue la favorita en ninguna encuesta, tan solo en las hechas en territorio
español, hace poco sintonizaba la televisión argentina y ellos mencionaban que
Tokio era la gran candidata para llevarse los juegos, jamás mencionaron a la
capital española.
Madrid nunca enamoró a ningún
miembro del COI, ni con sus instalaciones (las de Tokio son más espectaculares)
ni con su mensaje de esperanza para el país (a nadie le interesa que España
salga de la crisis, ni que tampoco se ajusten a las finanzas teniendo la
candidatura más austera, por no decir más pobre). Madrid y todos los políticos
y representantes que fueron hasta Buenos Aires pecaron de soberbios y chulos, y
no lo digo yo, lo dicen todas las instalaciones que ya están acabadas o se han
empezado a construir, como la Caja Mágica, La Peineta, el recinto que
albergaría las pruebas de natación y muchas más.
Y ahora, nuestros queridos
políticos, siempre me preguntaré que poder de convicción tiene Don Mariano
Rajoy hacia la población, si ya es difícil que pueda convencer a los propios españoles,
más aún le será simpatizar con los altos cargos de diferentes comités, en este
caso el COI. En cuanto a Ana Botella supongo que ha dejado bastante claro en
qué aspectos flaquea...en todos. ¿Cómo puede ser posible que el bar que se
encuentra debajo de mi casa exija conocimientos de inglés a sus meseros y
nuestros estupendos gobernadores no puedan expresarse con un mínimo de fluidez?
Se lo ponemos demasiado fácil amigos.
Ser eliminado tres veces seguidas
es duro, muy duro, pero creo que es peor la imagen que España brinda.
Pero en fin, jamás hay que
rendirse, sé que Estambul tendrá sus juegos, bien merecido lo tiene. Y en
cuanto a Madrid, supongo que también.
Como conclusión queridos amigos,
Madrid 2020 es un sueño del cual muchos no sabrán despertar. Por cierto, ¿Lima
2028? Cualquier cosa podría pasar.
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